jueves, 5 de febrero de 2015

Pasta fresca con trufa



Mi hermana Carmen me ha regalado esta trufa negra, que me ha llegado desde Estadilla (Huesca) y pienso hacer un buen uso de ella. 

Me llegó ayer, y hoy voy a cocinar unos raviolis y unos spaghitti frescos haciendo uso de la trufa -que huele que alimenta-.

Plato único que voy a acompañar con una ensalada de tomates cherry y mozarella.



Ingredientes:

-   1 paquete de raviolis rellenos de setas y trufa blanca -dos personas-.
-   1 paquete de spaghetti
-   Aceite de oliva
-   1 bola de mantequilla -para los spaghetti-.
-   1 huevo duro -para los spaghetti-.
-   Pimienta negra
-   Queso parmesano

                    




Realización:

Se cuece la pasta con sal y según instrucciones del fabricante, calculando el tiempo de cocción de ambas para que coincidan en el tiempo -en este caso coinciden-.



Se escurre y se añade un poco de aceite de oliva para que quede suelta.



Se colocan en sus respectivas fuentes: 

A los raviolis le añades aceite de oliva y trufa rallada.


Y a los spaghetti le añades la nuez de mantequilla, el huevo duro rallado y la trufa también rallada y lo remueves bien.


Y listo para comer -la pimienta se la pone cada uno, así como el queso-.

Exquisito
Por si os interesa:

Se trata de una trufa negra, en este caso de la tuber melanosporum.

Las trufas, tan apreciadas, viven asociadas con las raíces de ciertos árboles, como la encina, el roble, el avellano... 

El fruto o seta se forma en el interior del suelo y al ser una especie muy olorosa, algunos animales como el jabalí las descubren y, al comérselas, dispersan las esporas lo que ayuda a su reproducción. 

Para la recolección de este fruto procedente de un hongo micorrícico, se utilizan generalmente perros adiestrados.

Dado lo apreciado de este fruto y su alto valor económico, fue siempre objeto de estudio para obtenerlo por cultivo. 

Parece ser que en la región de la Provence, en Francia, a principios del S.XIX, un agricultor, de la localidad de Saint Saturnin, sembró bellotas para poblar sus tierras de encinas. Algunos años después, estas encinas produjeron trufas, por lo que le hizo pensar en la relación entre árboles y trufas. Parece ser que este fue el origen del cultivo de la trufa.

Para el cultivo de la trufa es importante la bellota o simiente, las esporas de trufa negra y un terreno con características similares a donde se produce de forma natural. 

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