Están riquísimos mezclados con un poco de arroz e incluso recuerdo a algún cubano que al comerlo añadía trozos de aguacate -yo también lo hago ahora-.
Ingredientes:
- 1 Kg de frijoles o menos -según los comensales-.
- 1 cebolla mediana
- 1 pimiento verde o 2 si son pequeños
- 1 hoja de laurel
- 1 vasito de vino
- 1 limón
- 1 cabeza de ajos + 2 diente
- aceite de oliva y sal
- Opcional: orégano y una pizca de comino (yo no pongo el comino).
Realización:
Los frijoles, que el día anterior he puesto a remojo, se ponen en una cazuela -a ser posible de barro- a hervir y cuando están hirviendo se les cambia el agua, y así hasta tres veces para eliminar los gases.
Se añade al último agua, una cabeza de ajos y dos hojas de laurel y se dejan a fuego medio para que se vayan haciendo.
Mientras se hacen los frijoles, se prepara un sofrito con la cebolla partida muy pequeña, los dientes de ajo también partidos muy menudos al que se añade el zumo del limón y el vasito de vino blanco seco. Se deja a fuego lento hasta que se haga una mezcla homogénea.
Cuando los frijoles estén bien cocidos se retira un poco de agua de la cocción -si fuera necesario-, la hoja de laurel y la cabeza de ajos, añadiendo a continuación el sofrito.
Se deja que hierva cinco minutos para que se unan los sabores y ya se puede comer.
Hay gente que en lugar del sofrito, lo pone todo en crudo y hasta que se hagan.
En Cuba, hay un plato que se conoce como «arroz moro», y consiste en frijoles negros con arroz blanco acompañado de carne guisada.
Hay gente que en lugar del sofrito, lo pone todo en crudo y hasta que se hagan.
En Cuba, hay un plato que se conoce como «arroz moro», y consiste en frijoles negros con arroz blanco acompañado de carne guisada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario